Taberna y Media es un espacio gastronómico con dos ambientes diferenciados, barra y comedor, donde disfrutar de una excelsa cocina tradicional con un emplatado modernizado. La zona de barra presenta reducidas dimensiones y suele estar concurrida. Los apetecibles aperitivos que sirven han colocado a esta taberna como una parada obligatoria a la hora del aperitivo en la zona de Retiro o como punto partida para adentrarse en su coqueto comedor. Un estrecho pasillo nos conduce al mismo, el cual dispone de dos estancias diferentes con diversos recovecos, ladrillo visto, varios ventanales de madera en tonos blancos, sillones en color verde azulado y pistacho que recorren la pared, lámparas en diferentes formatos y confortables sillas.

Hablar de Taberna y Media y no hablar de José Luis, su dueño, sería un pecado gastronómico. José Luis es un apasionado de la hostelería con carácter bonachón, al que nada más conocerle sabes que te va a atender bien y te va a dar de comer mejor.

La carta de Taberna y Media es una de esas que da pie a futuras visitas, ya que tiene una gran cantidad de platos muy apetecibles. Para comenzar tiene una amplia variedad de entrantes bajo el lema "la tradición vista a nuestra manera", para continuar platos del  mar y de las dehesas y colinas y, por supuesto, apetitosas opciones para terminar con algo dulce. El detalle que más nos gusta es que en muchos platos admite la opción de media ración y, en caso de no aparecer reflejado en la carta, podéis comentárselo a José Luis quien hará todo lo posible por hacerlo factible. Así funciona Taberna y Media, siempre tratando de adaptarse a las necesidades del cliente. También cuentan con una interesante y extensa bodega con la posibilidad de pedir vinos por copas.

Como ya os hemos comentado, la carta presenta propuestas muy apetecibles por lo que nos llevó más tiempo de lo previsto decidirnos. Mientras hacíamos un estudio pormenorizado de la misma, nos trajeron un aperitivo consistente en una crema de burrata con tomates cherry y sal de vino tinto acompañado por un par de vinos. Por una parte, el vino blanco Le Petit Courselle (Burdeos elaborado con uva sauvignon blanc, semillon y chardonnay) y, por otra parte, el tinto crianza Beso de Rechenna (D.O. Utiel- Requena elaborado con uva bobal).

Al tratarse de la primera visita, no podíamos perdernos sus tres platos más populares: las croquetas de jamón, los torreznos crujientes de Fuentidueña y las bravas cremosas de Alejandro.

Ante la insistencia de José Luis no tuvimos más remedio que probar las setas shitake con alioli de miel tostado (7.95 € media ración). Estas se saltean con soja y aceite de oliva, para posteriormente añadirle espuma de miel y tostarla. Un plato vistoso que guarda un agradable toque dulzón. 

En el apartado del mar nos llamaron la atención las albóndigas de cabracho con sepia y salsa ligera de azafrán (17.50€). Un plato con un intenso sabor marino en el que el fondo se elabora con la cabeza y las espinas del cabracho. Esta elaboración se completa con unos tirabeques crujientes, una suave salsa de azafrán y se incrementa el atractivo visual del mismo con un punto de puré de remolacha, otro de guisante con menta y, por último, uno de batata.